Lecturas Divertidas

lunes, 10 de noviembre de 2025

Sem 32 - 11-11-25. 4to grado "B". Maestra Juana . Leemos diversos tipos de textos y reforzamos lo aprendido.

 Título de la Sesión de Aprendizaje:

 Leemos diversos tipos de textos y reforzamos lo aprendido.

                          


PROPÓSITO: Leeremos distintos tipos de textos, analizamos y desarrollamos utilizando los entornos virtuales.


Lee y desarrolla las actividades: 

El reino del tablero encantado

 

 

 

 

En la sala había un enorme tablero de madera pulida, un reino cuadrado llamado Ajedrelandia. Estaba dividido en 64 casillas blancas y negras donde vivían todas las piezas del ajedrez: los valientes peones, los elegantes caballos, las torres fortachonas, los inteligentes alfiles, la poderosa reina y el siempre preocupado rey.

Cada día, las piezas se preparaban para los entrenamientos. El rey Don Lento I, un señor redondito y de barba blanca, daba órdenes desde su trono en la casilla e1. —¡Recuerden, mis valientes! Un solo paso a la vez… no quiero accidentes —decía con voz temblorosa mientras se ajustaba su corona que siempre se le caía.

La reina Valentina, su esposa, rodaba los ojos con elegancia. —Ay, querido, mientras tú avanzas un paso, ¡yo puedo recorrer todo el tablero! —decía moviéndose de una esquina a otra con rapidez. Las demás piezas la miraban con admiración (y un poco de envidia).

El caballo Roco, que tenía un casco chueco y relinchaba de risa, siempre se movía en forma de L. —¡A mí no me alcanzan nunca! —gritaba mientras saltaba sobre los peones. Pero un día, en uno de sus saltos locos, cayó de cabeza en una casilla negra y se mareó tanto que comenzó a hablar al revés. Todos rieron tanto que el rey tuvo que dar un discurso para calmar el alboroto.

Los alfiles, Don Blanco y Don Negro, eran muy sabios, aunque a veces se perdían en su propio camino diagonal. —La vida es una línea recta en diagonal —decía Don Blanco, mientras su compañero respondía: —Eso no tiene sentido, pero suena profundo.

Las torres, conocidas como Forti y Mura, eran las guardianas del castillo. Nunca se movían sin mirar a los lados y siempre discutían sobre quién era más alta. —Yo soy más robusta —decía Forti. —¡Pero yo tengo mejor vista! —contestaba Mura desde la otra esquina.

Y los peones, esos pequeños soldados del tablero, soñaban con llegar al otro extremo para convertirse en reinas, torres o caballos. Uno de ellos, llamado Peoncito, era el más curioso de todos. Siempre preguntaba:
—¿Por qué tenemos que avanzar solo un paso? ¿Y si quiero volar como el caballo?
A lo que el rey, pacientemente, respondía:
—Cada uno tiene su valor, Peoncito. Si todos volaran, nadie cuidaría el camino.

Una noche, mientras todos dormían, un niño humano llamado Nico se acercó al tablero. Era su primer día aprendiendo ajedrez y, al tocar las piezas, estas cobraron vida.
—¡Oh no! ¡Un gigante de carne y hueso! —gritó el caballo Roco escondiéndose detrás de una torre.
Nico, sorprendido, los saludó:
—Tranquilos, solo quiero aprender a jugar con ustedes.

La reina sonrió y le dijo:
—Entonces ven, pequeño aprendiz, te mostraremos que cada pieza tiene un propósito y un poder.

Así fue como Nico pasó toda la noche aprendiendo. Descubrió que los peones enseñan paciencia, los caballos enseñan estrategia, las torres enseñan firmeza, los alfiles enseñan sabiduría, la reina enseña valentía y el rey enseña prudencia.

Al amanecer, Nico bostezó y guardó las piezas en su caja. Pero justo antes de dormirse, escuchó una pequeña voz desde dentro:
—¡Recuerda, Nico! ¡Cada movimiento en la vida es como en el ajedrez: piensa antes de actuar!

Y desde entonces, cada vez que jugaba, Nico no solo movía piezas… también movía su mente.

                                                                                        R.and.Y.


Luego se les indica que resolverán fichas de comprensión de la lectura por niveles.


NIVEL 1





NIVEL 2



NIVEL 3



Luego, lee las siguientes lecturas de acuerdo al grupo que te encuentras:


Lee las siguientes lecturas:


GRUPO 1.

GRUPO 2.


GRUPO 3.

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