Título de la Sesión de Aprendizaje:
Leemos y reforzamos lo aprendido.
PROPÓSITO: Leeremos atentamente una lectura utilizando la tecnología y reforzaremos nuestra comprensión de textos.
Estimado niño y niña lee la siguiente lectura:
Lee atentamente, analiza y responde:
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Había una vez un pueblo pequeño rodeado de montañas y bosques muy antiguos. Entre ellos, se encontraba uno al que todos llamaban el Bosque de los Susurros, porque, cuando el viento soplaba, parecía que los árboles hablaban entre sí con voces suaves. Los niños del pueblo lo miraban con curiosidad, pero también con un poco de miedo, pues los adultos siempre contaban que dentro ocurrían cosas extrañas.
Una tarde, Lucía, una niña curiosa de diez años, escuchó a su abuelo decir que, en lo más profundo del bosque, había un árbol milenario que guardaba un secreto. Según la leyenda, aquel árbol podía conceder un deseo, pero solo a quien fuera valiente y bondadoso. Lucía sintió que debía descubrir la verdad.
Al día siguiente, muy temprano, preparó su mochila con agua, pan y una linterna. Su mejor amigo, Diego, insistió en acompañarla. Ambos caminaron hasta la entrada del bosque, donde el aire se sentía fresco y un coro de pájaros les daba la bienvenida. Mientras avanzaban, escuchaban los susurros de las hojas: “Sigan, sigan...”.
El bosque se volvió cada vez más espeso. Encontraron un río de agua cristalina que tenían que cruzar. Diego, que era más hábil, buscó unas piedras grandes y ayudó a Lucía a pasar. Más adelante, un conejo blanco saltó frente a ellos y, como si quisiera guiarlos, corrió por un sendero escondido. Los niños lo siguieron.
Tras un largo recorrido, llegaron a un claro iluminado por los rayos del sol. En el centro se alzaba el gran árbol milenario, con un tronco tan ancho que tres personas abrazadas no podían rodearlo. Sus ramas parecían tocar el cielo. Lucía y Diego se acercaron, y entonces escucharon una voz profunda que parecía salir del mismo árbol:
—“Han llegado hasta aquí porque son valientes. Ahora deben demostrar bondad”.
En ese instante, apareció un pájaro herido en el suelo. Lucía, sin dudar, tomó un poco de agua y limpió sus alas, mientras Diego lo acariciaba con cuidado. El ave recuperó fuerzas y alzó vuelo, dando vueltas alrededor del árbol.
De pronto, del tronco surgió una luz dorada y un suave viento movió las hojas. El árbol habló de nuevo:
—“El verdadero secreto del bosque no es conceder deseos, sino enseñar que la bondad abre caminos que parecen imposibles. Quien actúa con valentía y bondad, siempre encontrará respuestas”.
Lucía y Diego sonrieron. Habían descubierto que la magia no estaba en pedir, sino en dar. Regresaron al pueblo con el corazón lleno de alegría y la certeza de que, a veces, las leyendas esconden enseñanzas más valiosas que un tesoro
R.and.Y
Nivel 2.
Nivel 3.
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